
Comunicación
«Habla mi amado, y me dice: 'Levántate, amada mía, hermosa mía, ven a mí'» (Ct 2, 10)
Que en el roce haya encuentro, que las palabras, y las caricias, y los besos, y lo que venga, sean un puente que ayude a dos personas a encontrarse, a conocerse, a romper barreras e ir conociéndose cada vez más. De una forma diferente. Dejando que otro entre en ese ámbito íntimo, en el que tan necesaria es la confianza, donde uno puede mostrarse más desnudo y vulnerable. Si las relaciones no ayudan a esto les falta algo muy importante. Y por eso es una historia personal, única y distinta en cada relación. Es importante el placer, la sensualidad, el deseo… pero no lo es todo. La vivencia de lo sexual puede ser una forma de comunicación. O puede no serlo. El reto, la buena noticia, es que lo sea.
- ¿Hay encuentro en tu vida? ¿Y en tus relaciones?
Sencillos deseos
Hoy quisiera tus dedos
escribiéndome historias en el pelo,
y quisiera besos en la espalda,
acurrucos, que me dijeras
las más grandes verdades
o las más grandes mentiras,
que me dijeras por ejemplo
que soy la mujer más linda,
que me querés mucho,
cosas así, tan sencillas, tan repetidas,
que me delinearas el rostro
y me quedaras viendo a los ojos
como si tu vida entera
dependiera de que los míos sonrieran
alborotando todas las gaviotas en la espuma.
Cosas quiero como que andes mi cuerpo
camino arbolado y oloroso,
que seas la primera lluvia del invierno
dejándote caer despacio
y luego en aguacero.
Cosas quiero, como una gran ola de ternura
deshaciéndome un ruido de caracol,
un cardumen de peces en la boca,
algo de eso frágil y desnudo,
como una flor a punto de entregarse
a la primera luz de la mañana,
o simplemente una semilla, un árbol,
un poco de hierba.
(Gioconda Belli)