
Buenos amigos
«A vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer» (Jn 15, 15)
No puedo dar una definición de lo que es «un buen amigo». ¿Es aquel con quien compartes mucha intimidad, o poca? ¿Con quien hablas de todo, o casi? ¿Con quien te sientes a gusto? Pues sí y no. Cada historia, cada relación, cada amistad, es un poco distinta. En unos casos está hecha de compartir lo cotidiano, y en otras de abrir el corazón desnudo. En unos casos surge casi a bote pronto, sin saber muy bien por qué, y en otros nace del trabajo común, del tiempo gastado con otros, de irse conociendo despacio… Hay con quien te ríes de veras, y con quien puedes mostrar tu enfado. Pero, en todo caso, todos esos brazos cercanos, esas vidas que se asoman a la mía, esos momentos que van tiñendo mi horizonte se vuelven parte del suelo firme en el que se puede construir una vida.
¿En qué sentido crees tú que la amistad nos habla de Dios?
Hoy puedo estar contigo
Hoy puedo estar contigo. He deseado
para ti todo el bien y me acompaña
la bondad del amor. A ti te debo
gozar en soledad la compañía
más difícil del hombre, la que tiene
consigo mismo. No me causa miedo
reconocerme, ni busco a nadie, no.
Le has dado a mi semblante sin saberlo
una luz interior que me hace fuerte,
para vencer mayores soledades.
Manuel Altolaguirre