Agua, barro,
cañas y lodo,
desolación.
Hombres y mujeres,
cubiertos de barro,
con palas, escobas
y… sus manos.
Torrentes veloces,
ríos desbordados,
viviendas inundadas,
coches hacinados.
Hombres y mujeres,
cubiertos de barro,
con palas, escobas,
y… sus manos.
Y en medio del desastre,
deseo gritar:
¡hay esperanza,
que el mal se vaya a nado!
Honremos a las víctimas,
sigamos buscando,
construyamos todo nuevo,
quitemos el barro.
Hombres y mujeres,
cubiertos de barro,
cuyas lágrimas se mezclan
por los que ya nos han dejado.
Oremos por ellos,
mantengamos la esperanza,
¡unamos nuestras manos!