En el corazón del evangelio está la capacidad de darse de un Dios encarnado. Y ese es nuestro modelo y nuestra referencia. La capacidad de dar sin medida, darlo todo si es posible. Dar tu tiempo, tu cariño, tu vida. Sin precio ni condición, sin exceso de seguridades, sin negociación ni reservas… Para construir el Reino. Y lo curioso es que cuanto más das más tienes para dar….