Invita San Ignacio en los ejercicios espirituales a considerar «Cómo la divinidad, que parecía esconderse en la pasión, aparece y se manifiesta ahora tan milagrosamente en la santísima resurrección, por los verdaderos y santos efectos de ella». Esos efectos cotidianos, que a veces se nos pasan desapercibidos, pero son tan reales… Valor en vez del miedo. Cercanía que rompe las distancias de antes. La conciencia de misión… Todo esto son efectos de esa resurrección, tan oportunos en este tiempo de Pascua.