Esta pintura del siglo XV, obra del artista Pau Vergós nos pone delante una realidad que nunca deberíamos olvidar. La de que Cristo nos espera en todos aquellos que sufren en nuestras calles y en nuestro mundo. Que es forastero y peregrino que necesita de nuestro asilo. Migrante que precisa de nuestra acogida. Persona sin hogar que espera de nosotros un gesto de fraternidad. Así nos lo dijo Él mismo en la famosa parábola del Juicio Final de Mateo 25. Así lo experimentó San Agustín, lo plasmó Pau Vergós probablemente por indicación de una comunidad cristiana, y así estamos llamados nosotros a vivirlo, entendiendo que cada vez que lavemos los pies a uno de nuestros hermanos más pequeños, a Él se los lavamos.
Año
h. 1480Autor
Pau VergósLocalización
Museo Nacional de Arte de CataluñaTe puede interesar
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