“Se levanta de la mesa, se quita el manto, y tomando una toalla, se la ciñe. Después echa agua en una jofaina y se puso a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba ceñida” (Jn 13,4-5)

Dar descanso y alivio tras la fatiga del camino. Mostrarle al otro que es merecedor de una dignidad profunda, sea cual sea su situación. Invertir los rangos y categorías. Acariciar los cansancios. Despojarse uno de pompas y honras, de títulos y méritos, para vestirse la toalla de quien está dispuesto a cuidar del otro. 

Es lo que haces tú, un Dios hecho hombre, un hombre que refleja Dios, y ese gesto genera sorpresa e incomprensión, resistencia y miedo. ¿Quién va a abrazar hoy esta lógica absurda? ¿Por qué hacerse pequeño y no grande? ¿Por qué agacharse para cuidar del sencillo?

  • ¿quién refleja esta lógica en el mundo?

FRATERNIDAD

Estás en medio nuestro
como un gran amigo.
Sostienes nuestras voces 
con tu voz silenciosa.
Es hermoso tenerte 
tan cerca en este instante
de oración y alegría 
que nos une a tu lado.

Lávanos bien el alma 
de egoísmo, Señor,
en tanto te rezamos 
con las manos unidas.
Haz que esta plegaria 
que nos das que te demos
nos haga más hermanos 
de verdad desde ahora.

Estás en medio nuestro 
sembrándonos tu vida,
tu reciente y eterna
ternura transparente.
Todo cuanto ahora mismo 
cantamos todos juntos
es una lenta súplica 
de amor y de querencia.

Basta, Señor, de un mundo 
que se cierra a tu altura.
De unos hombres 
que sólo se miran con recelo.
De esta lágrima inmensa 
que es la tierra en que vamos
medio viviendo aprisa 
sin mirarte a los ojos.

Valentín Arteaga.

 

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