Para hacer un buen viaje, conviene tener un buen mapa. Este libro trabaja de modo muy accesible una de las claves esenciales y diferenciadoras del cristianismo: la proximidad con Dios, la relación del cristiano con Dios mediada por el Hijo, interpretada por Jesús de Nazaret. Su vida entera está llamada a esta plenitud de amor y de libertad. Su vida entera es para esta misión. Por tanto, comprender esta relación es conocer todo lo fundamental y todo lo que sostiene la vida del cristiano haga lo que haga lo que haga con su vida, sea cual sea su vocación y tarea concreta. Todos nos vemos aquí involucrados e interpelados.
Cristo tiene experiencia del Abbá porque sabe colocarse en el lugar que le corresponde como Hijo y, gracias a la fuerza el Espíritu, acercarse al ser humano como hermano. La humildad posibilita este encuentro entre las partes al tiempo que descubre para el cristiano la mejor schola humilitatis. Ponerse al servicio del hermano y de la voluntad de Dios es la clave del cristiano que posibilita que podamos abandonar nuestra pretensión de ser aquello para lo que no estamos llamados. De hecho, la humildad nos recoloca en el plan de salvación de Dios en tanto que posibilita que su gracia nos alcance. (p. 137)