En tuenti, una de las redes sociales más populares, una de las utilidades es la creación de eventos. Es decir, propuestas de actividades y convocatorias a determinadas citas más o menos colectivas. El que tiene una cuenta en tuenti de vez en cuando recibe la invitación a participar en algún acontecimiento. Estas citas pueden venir de amigos, pero también llegan de no sabes muy bien dónde. Hay eventos de lo más estrafalario. Alguna vez recibes una invitación para participar en una carrera nudista en Melbourne o en una quema de cucarachas en Cincinatti. Y así, miles. De esas directamente pasas. Luego están las que son publicidad, proponiéndote disfrutar del evento patrocinado por tal o cual bebida isotónica. De esas también pasas, aunque preguntándote si no habrá alguna manera de filtrar tanta publicidad agresiva, que el día menos pensado van a injertarnos al nacer una pantallita para que los anunciantes nos tengan a tiro las veinticuatro horas del día. Pero en fin, luego están los eventos que cuentan. Esas propuestas, sugerencias o invitaciones en las que de verdad alguien espera una respuesta de ti. Y ahí viene el dilema, porque hay tres opciones. “Voy a ir”. “Quizás vaya” y “No voy a ir” (bueno, también está la posibilidad de hacerse el despistado y como que no lo lees –en cuyo caso figurará tu nombre para siempre en la lista de “no contestó todavía”).
Me gustan el sí y el no. En ambos casos, te defines. De alguna manera decir “sí” es comprometerte, aunque sea a algo mínimo. Es aceptar que renuncias a otro plan, o que optas por algo. Decir “no” también implica decidir. Decides dar prioridad a otra cosa, o al menos indicas que declinas esa propuesta. Bien está ser claros.
Sin embargo, hay personas que sistemáticamente se apuntan al “quizás vaya”. Es una opción curiosa. Con eso no dices demasiado. No cierras ninguna puerta, pero tampoco te compromete. No le solucionas nada a quien te invita, pues definitivamente no sabe si puede o no puede contar contigo. Es verdad que algunas veces la única respuesta posible es ese “quizás”, que significa algo así como: “si puedo iré, pero no estoy seguro de poder”. Pero otras muchas veces lo que significa es que ya decidiré a última hora según me convenga. ¡Ojo! Es legítimo. Y oye, si alguien tiene mucho interés en contar contigo para algo, que te lo haga saber más personalmente y no a través de listas enormes. Es decir, lo de los “eventos” tiene un punto impersonal, y por eso mismo no se puede exigir luego una implicación muy personal. Sin embargo, abonarse al “quizás” es un poco tramposo. La mayoría de las veces te quedas estancado ahí. Y entonces solo vives o te defines a corto plazo. Decides en el último momento. Improvisas en función de las circunstancias y las conveniencias…
Habrá quien diga que eso es ser espontáneo, libre y que así está bien. Pero a mí, ¿qué queréis que os diga? Me convence más la claridad de quien se moja.