Hace tiempo escuché una entrevista a Ilia Topuria, campeón del mundo de artes marciales mixtas.

En la entrevista contaba la anécdota de que antes de su último combate, tenía que bajar muchos kilos de peso y no era capaz de conseguirlo. Por alguna razón que se les escapaba a su equipo, no alcanzaba a bajar el peso lo suficiente. Por esta razón, todo su equipo se puso a revisar cuál podría ser la causa, y descubrieron que el causante de esta situación era que le estaban poniendo un gramo de sal de más en su alimentación. Sí, sí, un sencillo gramo de sal era el causante de esta situación. Me impresionó pensar que un solo gramo de sal, que parece insignificante, pudiera tener ese efecto.

Casi de manera inmediata se me vino a la mente el Evangelio de la sal y la luz.

A veces tengo la sensación de que mis acciones, mis iniciativas, mis proyectos, no logran los objetivos o expectativas que me gustaría, ni la repercusión que soñaba.

Quizás esta anécdota de un gramo de sal me ayude a caer en la cuenta de que cada una de mis acciones, por sencillas que sean, igual no logran lo soñado, pero son una pequeña acción que ayuda a seguir transformando este mundo.

Un gramo parece insignificante y sin embargo hace su efecto. También mis acciones pueden parecer insignificantes o sencillas pero pueden ayudar a seguir creando Reino.

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