¿Quiénes son estos reyes que andaban en busca del Nacimiento de Jesús? Estos hombres, fueran lo que fueran, ven un signo en el cielo y van detrás de él. Pero ¿qué fue lo que vieron en el cielo que les hizo salir de su comodidad?

Lo importante es que ellos vieron un signo e intuyeron el nacimiento del Mesías. ¿Estaban seguros? Seguramente no. Entonces ¿por qué fueron detrás de ese fenómeno celeste? ¿Por qué se arriesgaron en algo que quizá no iba a suceder? Para muchos eso sería una locura, ir lejos de su patria, de sus seguridades y comodidades. No, gracias.

Sin embargo, ellos lo hicieron, porque confiaron en que ese fenómeno venía de Dios. Que era un anuncio que se les había revelado en el lenguaje que ellos entendían: «el cosmológico». No se detuvieron en pensamientos lógicos, no se enfrascaron en los miedos que conllevaba pensar en no tener el cien por cien de la seguridad de que ese suceso celeste significaba algo. No. Confiaron en esa inspiración interna y se lanzaron a la aventura.

También a ti te ha pasado algo así. Esta no es solo una historia del pasado, es tu historia y la mía. Día a día se nos presentan esas «estrellas» que son inspiraciones que Dios nos da. Pensamientos sutiles, que te dicen «este día sería bueno pedirle perdón a…» «sería bueno que hicieras…» o «sería bueno que no hicieras…» esas pequeñas estrellas que se nos presentan y que parecen no tener lógica humana, vienen para que nos lancemos a la aventura con confianza.

No ignores esas pequeñas estrellas. Ve detrás de ellas. No hagas muchos cálculos. No trates de entenderlas lógicamente. Ve tras ellas con confianza en que el Señor te las ha puesto para que las sigas, y cuando las alcances tu premio va a ser ÉL mismo. Sí, su amor te está esperando detrás de esa pequeña inspiración, que es la estrella que nos conduce a ÉL.

No ignores esa inspiración. Pero, además, mantente atento. No te vaya a pasar que, por estar ocupado en tantas cosas, no te des cuenta de que la estrella que te va conducir a ÉL está frente a ti y tú no la veas. Mantén tus ojos bien abiertos y cuando la veas, cuando veas esa estrella, síguela con confianza, haz lo que esa inspiración te pida, porque tras ella estará Él, esperándote para darte tu recompensa: su amor.

Te puede interesar