En la ceremonia de despedida del policía Xavier Jugelé, asesinado el pasado 21 de abril en Francia, su pareja, Etienne Cardiles, tuvo unas emocionantes palabras que han sido recogidas por los medios, por la extraordinaria fuerza que desprenden y que nos pueden servir de guía en estos tiempos en los que la violencia se nos cuela a diario en los medios. 

Se desprende de sus palabras una gran lucidez en su forma de afrontar el enorme dolor que siente. Me resuenan dos ideas que traslucen esas palabras que nos pueden ayudar. 

La primera, para él el dolor ha sido cauce de unión, unión con los compañeros de Xabier, unión con los que sufren con él, junto a él, que alivia su dolor al desdibujar la terrible soledad de volver a casa solo. Vivir el sufrimiento unido a otros que sufren es una actitud que nos ayuda, que nos recuerda que no estamos solos en nuestro dolor, y nos invita a salir del autocentramiento en el que es fácil que caigamos. 

Y la segunda, el rechazo al odio. Etienne afirma que sufre sin odio. No es fácil decirlo ante el féretro de quien amas. Pero se trata de decidir qué es lo que nos mueve en la vida. Y quizás pocas situaciones como el sufrimiento, el dolor injusto y arbitrario nos revelan que hay en nuestro interior. Podemos optar por el odio, la venganza… Pero las palabras de Etienne nos recuerdan que el amor traspasa toda situación, y es más fuerte, más duradero, más sanador. Ojalá sus palabras se extiendan y nos ayuden a situarnos ante la violencia sin claudicar, sin olvidarnos de que es en el amor que nos habita donde reside nuestra verdadera fuerza.

 

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