De este concepto hablaba un buen amigo en la homilía de su primera misa. Haciendo referencia al modo de ser de Dios, que comparaba con esa mesa de familia, donde siempre hay un sitio más, y algo de comer para cada uno porque «no trata de cantidad, sino de calidad» (de calidez).
Eso me resuena desde este lado del mundo, en Haití. Es curioso porque este entorno en muchos temas habla lo contrario: la comida, el agua, la vegetación… escasean. Entonces, ¿cómo es posible que sea esta también mi experiencia de Dios? Porque son las personas de aquí, las que me hablan con su vida del Dios del Evangelio.
Cuando vas al mercado, todo lo tienen organizado por montones. El de pimientos son dos o tres y además son muy pequeñitos porque necesitan de agua (y no hay mucha); el de mangos, en la época, puede ser de siete, y bien grandes; lo mismo pasa con las limas, pueden entrar unas quince… para todo el precio está estipulado. Todo este rollo para contarte que, al final de echar el montón hacen ranje; ahí la desmesura. Sobre todo se entiende cuando quien te atiende es una mujer de 40 kilos, y el doble de años, con sus escasas verduritas que ha ido cuidando con las dificultades propias del contexto, y que supone su sustento… y el de su familia. Hace ranje, sobrepasa la cantidad, da más de lo estipulado.
O también me viene a la memoria eso de «a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos». Muchas veces, cuando salimos a dar un paseo, buscar a una familia, o a visitar a un paciente en su casa, necesitamos preguntar a los lugareños cómo llegar. Esto es todo rural, no hay calles, ni nombres, ni mucho menos GoogleMaps para poder llegar a los sitios. La mayoría de la gente a la que se para, están haciendo otras cosas, van a otro sitio… pero dejan su plan, y te acompañan buena parte del camino hasta que quedan seguros de que desde ahí, no te perderás.
Me queda mucho por conocer de Dios, pero esta experiencia de sobreabundancia, de desmesura… no sólo me enraíza en Él, sino que me invita a estar y relacionarme con los otros desde la misma clave. Eso de dar la vida para ganarla…