Los falsos anuncios

«Aleja de mí la mentira y la palabra engañosa» (Prov 30, 8)

Los falsos profetas también están en nuestro día a día. Me asedian, al contarme, con semanas de anticipación, que la navidad es sobre festejos, comilonas, loterías, cotillones, viajes y sonrisas de saldo. Me envuelven con soniquetes que en realidad no hablan de evangelio, ni del amor auténtico, ni de una noche fría, ni de los pobres ensalzados, ni del salto al vacío de una mujer sencilla y un hombre justo… Me sorprenden con decorados surrealistas, en los que se mezcla el acebo y el pino, los pastores y los pingüinos, las bombillas y el musgo, pajes increíbles de reyes comerciales…
Pero, ¿dónde estás tú ahí, Señor? ¿Dónde está tu anuncio, tu promesa, tu llegada, tu paz? ¿Dónde está ese amor absoluto, radical, incondicional e infinito?

¿Cómo prepararse para la Navidad de la fe sin caer en prepararse para esa otra navidad de escaparate?
¿Qué mensajes te parecen más vacíos de los que recibes este tiempo?

Mentiras


La paz sin tormenta
la pasión sin Pasión
la encarnación sin carne
el amor sin historia
la risa sin alma
… mentiras.


El desprecio en Tu Nombre,
la virtud arrojadiza,
la justicia inhumana,
la palabra sin misericordia,
la promesa sin lazo,
la renuncia sin nostalgia
… mentiras.


El amor sin zozobra,
la pregunta sin riesgo,
la fe sin duda,
la seguridad sin resquicios,
lo que “siempre ha sido así”
… más mentiras.


Pero tu Verdad
ilumina nuestras sombras,
desmonta nuestros engaños
y despierta la esperanza.


(José Mari R. Olaizola)