Los dramas que son menos

«El Señor me contestó: Mentira profetizan los profetas en mi Nombre; no los envié, no los mandé, no les hablé; visiones engañosas, oráculos vanos, fantasías de su mente es lo que profetizan» (Jer 14, 14)

¿A quién no le ha ocurrido alguna vez? Imaginas, piensas, sientes, acaso sufres por algo que, en lo personal, te duele. Puede ser una relación complicada, un amor tormentoso, un suspenso, un proyecto que no termina de materializarse. A veces hay que buscar distancia. Darse cuenta de que, en medio de todo lo que ocurre, mi historia es importante, pero no es absoluta. Y que, al lado de otras muchas historias y vivencias, la comparación permite poner un poco de objetividad. Y acaso rebajar el nivel de queja, de drama o de agonía.

¿Alguna vez me he visto así? 

El toque delicado 

Si toco en mi dolor, todo lo siento
mío, mío, perdido vagamente.
Si toco en el dolor mas de repente
me vuelvo a las estrellas y a lo bello,
yo siento el corazón que aquí me quema
como un mero detalle en el sistema.

Gabriel Celaya