- Porque Cristopher Nolan es un director que no defrauda. Tras Interstellar, Origen, o El Caballero Oscuro, su incursión ahora en el cine bélico conjuga con acierto todas sus fortalezas: personajes convincentes, imágenes poderosas (con una fotografía notable), suspense y tensión.
- Por las interpretaciones de un reparto espectacular que consigue transmitir sentimientos muy distintos: la angustia y voluntad de sobrevivir del debutante Fionn Whitehead; la sabiduría y valor cotidiano de Mark Rylance; el miedo atroz de Cillian Murphy; la determinación de Tom Hardy, el heroísmo de Kenneth Brannagh… todos ellos brillan en sus escenas.
- Por su gran factura técnica: el sonido envuelve y te hace sentir el vértigo de la violencia inesperada. El montaje logra que sientas la angustia y el movimiento. Y la banda sonora de Hans Zimmer, que acompaña sin estridencia cada instante del film.
- Por una narrativa original que conjuga tres escenarios (tierra, mar y aire) y tres tiempos que terminan confluyendo. Y así, se exige del espectador que no se acomode, que intente comprender lo que está viendo.
Sinopsis
En las playas de Dunkerque una multitud de soldados británicos y franceses se encuentran atrapados entre el mar y un invisible ejército nazi que va estrechando el cerco y acabando con las pocas defensas de los aliados. Inglaterra, a solo unos kilómetros por el canal, resulta inalcanzable si no hay barcos. Esta película cuenta la historia de ese episodio épico de la Segunda Guerra Mundial, y al tiempo se adentra en las complejidades del ser humano cuando se enfrenta con la derrota, el miedo y la angustia.
¿Por qué ver "Dunkerque"?
Para pensar
1. Uno de los grandes aciertos del guion es no mostrar nunca al enemigo nazi (salvo, quizás, algún avión). Ese enemigo sin rostro, anónimo, hace que todo se centre en los protagonistas aliados. En ellos y sus tensiones. Quizás la vida también es así. Nuestra perspectiva es incompleta, pero tenemos que movernos, actuar y vivir desde lo que conocemos. Aunque solo intuyamos el resto.
2. Los soldados que están en la playa no quieren ser héroes sin mancha, sino sobrevivir. La tensión entre salvar a los soldados británicos o a los franceses, esa sensación de que a veces hay que tomar una decisión sabiendo que es injusta. La discusión de los soldados encerrados en la barca sobre la necesidad de expulsar a uno de ellos, sabiendo que si lo hacen, ese morirá, invita a ver los distintos puntos de vista: ¿Hay alternativa? ¿Se puede vivir cargando sobre la conciencia con una decisión injusta? ¿El más débil será siempre el que no es de los nuestros?
3. La película es –como tantas otras– una descripción de la guerra que, sin paliativos, es vista como un infierno. Sin embargo, a veces hay que luchar.
4. Los personajes de Mark Rylance, como Mr. Dawson, ese pescador inglés comprometido con el rescate de los prisioneros, y su hijo Peter (Tom Glynn-Carney), invitan a pensar. Mr. Dawson es un hombre con una misión, un compromiso. No se conforma con ser espectador, y pondrá todos los medios a su alcance para conseguirlo. Por otra parte, comprende la debilidad, el miedo, y la locura, por lo que no exige heroísmos imposibles a otros. A lo largo de esa jornada su hijo irá comprendiéndolo y aprendiendo a actuar del mismo modo.
5. La decisión final del comandante Boton (Kenneth Brannagh) refleja otra dimensión de la vida. Siempre hay algo más que hacer, alguien por quien luchar, y mientras haya fuerzas, no habría que bajar los brazos.
6. El aviador (Tom Hardy) tiene que optar entre su seguridad y la del resto (exponiéndose a no poder volver si se le acaba el combustible). Esto invita a pensar en la noción, hoy poco popular, del ‘sacrificio’. ¿En qué otros ámbitos de la vida cabe sacrificarse por otros?