- Porque es una miniserie bien hecha, seria, directa, bien documentada y que cuenta un caso real.
- Porque el casting es inmejorable, combinando la solvencia de intérpretes consagrados (Vera Farmiga, Felicity Huffman o John Leguizamo), con las interpretaciones vibrantes de los jóvenes que cargan con el peso de la historia. Jharrel Jerome, (como Korey Wise), recibió el Emmy como mejor intérprete en una miniserie. Además la serie estuvo nominada para otros once premios.
- Por la producción artística, recreando el ambiente de finales de los 80.
- Por un guion muy sólido, que evita el sentimentalismo que hubiera sido una tentación, y tampoco cae en proclamas sobre la justicia –dejando que sea la propia historia la que hable por sí misma y confronte al espectador con lo que ve–. Además, la estructura de la miniserie da a cada uno de los cuatro capítulos una entidad que permite desplegar con muy buen ritmo narrativo toda la historia: la noche en el parque y las detenciones (capítulo 1), el juicio (capítulo 2), la vida en el reformatorio y la difícil reinserción de los más jóvenes (capítulo 3), y la lucha de Korey Wise por resistir y defender su inocencia, pese a la atrocidad de la prisión, hasta que finalmente se descubre la verdad (capítulo 4).
