Cosecha

No llores la semilla
que caída al borde del camino
fue engullida por los pájaros.

No hagas duelo por aquéllas
que se secaron al germinar
por falta de profundidad.

No te entristezcas por la simiente
Ahogada entre zarzas y abrojos.

Tú, en cambio, alégrate y celebra
las semillas que dieron
el treinta, el sesenta, el ciento por uno.

Y agradece, cada día,
al sembrador que sale a sembrar
sin mirar la tierra en la que siembra.

 

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