Apóstol

Vamos, amigo,

no te calles ni te achantes,

que has de brillar

como fuego nocturno,

como faro

en la tormenta,

con luz

que nace en la hoguera de Dios.

Vamos, amigo,

no te rindas ni te pares,

que hay quien espera,

anhelante, que compartas

lo que Otro te ha regalado.

¿Aún no has descubierto

que eres rico para darte a manos llenas?

¿Aún no has caído en la cuenta

de la semilla que, en ti,

crece pujante

fértil, poderosa,

y dará frutos de vida y evangelio?

Vamos, amigo.

Ama a todos

con amor único y diferente,

déjate en el anuncio

la voz y las fuerzas,

ríe

con la risa contagiosa

de las personas felices,

llora las lágrimas

valientes del que afronta la intemperie

Hasta el último día,

hasta la última gota,

hasta el último verso.

En nombre de Aquel

que pasó por el mundo

amando primero.

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