Te encomiendo, Señor, el nuevo año:
Para que sigamos adelante.
Para que me mire en ti,
que la acogida sea mi estilo
y la solidaridad, m modo de estar.
Para que el otro me importe más
y me preste menos atención a mí mismo.
Para que no te olvide,
aunque cuando no te recuerde.
Y para que sepa esperar
cuando no te sienta cerca.
Para que esculpa en mis entrañas
un ‘gracias’ por lo aprendido en este año
y recuerde el dolor que nos unió.
Por un nuevo año que, sea como sea,
lo viva contigo y de cerca.