Porque Tú sólo Señor eres quien nos sacas de la tempestad, porque Tú sólo Señor eres quien me da la fuerza para que confíe en ti y camine sobre las aguas. Llámame a seguirte todos los días. Aunque a veces ande un poco más sordo, atareado en otros quehaceres, tú llama… que, de veras, estoy deseando encontrarte, aunque no siempre me dé cuenta.