A veces no sabemos hacia dónde mirar para saber cómo responder a eso que Tú, Señor, quieres de nosotros. Necesitamos pistas, referentes, modelos. Se nos olvida que has ido poniendo en nuestro camino personas concretas que nos hacen llegar tu proyecto; que nos transmiten que es real ya en nuestros días. Pero esas gentes no hablan de ellas mismas: hablan de ti, nos recuerdan a tu forma de pasar por el mundo, o tal vez a María. Mirémosla a ella, la madre buena, la “buena pastora”, la maestra: por su intuición, por su fidelidad a la voluntad de Dios