Otra vez llega el Adviento, y con él la invitación para seguir dejando espacio a Dios en nuestras vidas. Una oportunidad para escuchar de nuevo su promesa. Promesa de nueva vida, de un nuevo aliento. Uno puede acoger este tiempo desde la rutina (un año más, ahora toca repetir las palabras, el ‘Ven, Señor’, la espera…); o hacerlo abriéndose a la sorpresa. ¿Qué nos traerá como llamada, como posibilidad, como grito para despertarnos? ¡Ábrete a lo nuevo!