No deja de sorprenderme que sea noticia que en la selectividad –la EBAU para los más jóvenes, la PAU si eres de mi generación– se vaya a poder elegir ahora entre Filosofía e Historia de España. Cuando he leído la noticia, y seguro que, si eres un poco milenial tú también, lo primero que he pensado es: ¿pero no era así ya? Porque cuando a mí me tocó –los tiempos de la PAU– ya era así. O elegías Filosofía o te tocaba Historia. Era fácil saber cómo eran los profesores de cada instituto, porque lo normal es que si ibas a un instituto u otro los alumnos íbamos en bloque a una opción u otra. Nosotros, a Filosofía. Gracias, Mariano, que nos enseñaste bien a lidiar con Platón, santo Tomás, Kant…

A veces abrir la prensa es descubrir que vamos para atrás. También con la polémica del día. Los que ahora se rasgan las vestiduras ante este nuevo cambio, alegando que los alumnos cada vez saben menos y cada vez se les pone más fácil, quizás en realidad lo que quieran decir es que da igual el cambio. Lo importante es demostrar su desacuerdo. La discusión de la forma, no del fondo. Hay también quiénes también reprochan que se vuelva a un estadio anterior. Como si la Historia –hablo de oídas, yo me examiné de Filosofía, recordad– fuera lineal, un videojuego en el que una vez que pasando pantallas ya no tiene sentido volver atrás, porque lo importante es el avance. Otros no están de acuerdo por otro motivo, seguro.

Lo interesante en esto, como en casi todo, creo, es descubrir que en realidad no estamos discutiendo de Educación. Y entonces, preocuparnos. Porque prevalece más lo que han hecho los míos que el debate real sobre la eficacia, el alcance y los beneficios –y perjuicios– de la reforma que está en cuestión. Es más importante quién hace la reforma que qué hace la reforma. Miramos primero las siglas, y luego nos posicionamos. Y esto más que una regresión al pasado es un día de la marmota. Una y otra vez los mismos lugares comunes, los mismos reproches, las mismas alabanzas de un lado y otro.

Así sí que no avanzamos. Elijamos lo que elijamos.

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