El pasado 2023, en el mes de agosto, tuve la oportunidad de escuchar la homilía del Papa Francisco en la eucaristía que se hizo en el Campo de Gracia en Lisboa debido a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Una homilía que recuerdo bien no sólo por el contexto, el lugar o la propia experiencia, sino por las palabras que menciona al final que resuenan aún dentro de mí: “No tengan miedo”.
El Papa Francisco nos pidió estar un tiempo en silencio para profundizar esa frase en nuestro corazón, una frase que es la más repetida en la Biblia y que Jesús usa en los evangelios en momentos donde los discípulos están alterados o con dudas de Él, algo que nos pasa a nosotros. Vivimos en una sociedad que nos empuja a mirarnos a nosotros mismos más que al que está cerca, a ser indiferentes al sufrimiento que hay en el mundo, a reducir aquello que sabemos que es más importante con la frase “si me da tiempo voy” o a anularlo con un “no tengo tiempo”. Todo esto, a los cristianos también nos afecta, pues somos personas que vivimos en este mundo y, por tanto, el miedo a acercarnos a lo extraño existe, a dar la vida, el miedo a “perder tiempo”, también.
Podemos escuchar aquellos valores o acciones que la sociedad nos indica o, podemos escuchar aquello que Jesús nos dice a cada uno de nosotros: “no tengas miedo”. No tener miedo a dedicar tiempo a los demás, a ser valientes y dejar que tu corazón se mueva ante el sufrimiento constante que vemos en el mundo, a buscar la propia vocación, a amar a las personas que nos rodean, a rezar, a transmitir con alegría su mensaje, sus gestos, su mirada compasiva que dignifica a la persona…
¿Qué es más fácil de las dos propuestas? Obviamente aquello que te mantenga cómodo. Ahora, ¿Acaso aún no lo has leído? ¡No tengas miedo! Como decía Marc Vilarassau sj “La diferencia entre darlo todo y casi todo es infinita”
