Cuando al adolescente Zach Sobiech le diagnosticaron osteosarcoma, y le dijeron que le quedaba poco tiempo de vida, no se vino abajo. Eligió plantar cara, y vivir lo que le quedase con pasión. Grabó «Clouds», un sencillo que triunfó. Quizás mostrando que las nubes no consiguen tapar el sol. Y es que hay situaciones en las que parece que Dios nos está, en las que uno puede pensar que Dios se ha ido… pero todos sabemos que no es así. Nuestro Dios nunca nos deja todo, nos acompaña y anima continuamente. Nos hace descubrir que en la vida siempre hay motivos para la esperanza, siempre hay algo por lo que sonreír y poder dar gracias a Dios.
Zach falleció el 20 de mayo de 2013, a los 18 años