vientos.jpg

 Vientos de libertad es el título de un libro de poemas de Miguel Hernández, poeta que supo de cárceles y tiranías. Como él, Julián Carlos Ríos Martín, joven abogado, ha dedicado su existencia a pedir justicia y, sobre todo, a practicarla en su vida diaria. En su piso de Madrid acoge y convive con enfermos de sida y reclusos en tercer grado o recién salidos de la cárcel; todos ellos heridos, sobre todo, de soledad. 

Julián quiso escribir este libro como Miguel Hernández sus versos, como un canto de esperanza construida desde la solidaridad y el coraje. No es una novela, aunque haya belleza literaria en sus páginas; es la narración de la vida misma, frágil y fuerte, cruda y llena de ternura. Como dijo Bertolt Brech: «Hay hombres que luchan un día y son buenos…, pero hay quienes luchan toda la vida… Esos son los imprescindibles». Julián Carlos es uno de ellos.

 «Jesús, un amigo común, muerto de sida  hace un año, nos decía en sus últimos días: “Las personas podemos llegar a ser invulnerables al odio, a la calle, a la tortura o a la cárcel; resistimos todas las perrerías, que hasta nos endurecen; pero el cariño y el perdón pueden con los más duros callos del corazón; los seres humanos no estamos programados para resistir la ternura incondicional”. Otro amigo común, del mismo nombre, hace dos mil años ya lo había intuido y practicado»

vientos.jpg

Editorial

Sal Terrae

Año de publicación

1994

Páginas

199

Te puede interesar