unapalabra.jpg

 Quien busque a Manolito Gafotas en este lúcido y duro monólogo de Elvira Lindo solo encontrará la misma visión ácida e irónica de una realidad tan difícil como hermosa. Porque el resto es un agudo murmullo interior impregnado de sentimientos humanos y divinos.

Rosario es la única voz de este relato, una perspicaz y reflexiva barrendera de Madrid. Milagros es su amiga y compañera de trabajo, ser monstruoso con un delicado sentido de la compasión. Ambas, marcadas desde la infancia, pasan los días de sus «vulgares» vidas con un presente que va naciendo día a día con matices cada vez más intensos: las relaciones amorosas y personales, sus sueños, su fe, sus miedos… Un retrato fiel y escalofriante de la condición humana, donde las heridas profundas de la vida encuentran su ungüento salvador en los amaneceres de la gran ciudad, la sonrisa de las cinco de la mañana o en una palabra a tiempo.

«Sí, creo en Dios. No veo por qué, no me importa volver a repetirlo, eso tiene que ser incompatible con todo lo que he dicho. Creo en Dios, hablo con él y muchas veces le he preguntado: por qué a mí. Y me ha costado muchos años encontrar la respuesta. Creo que la he encontrado».

unapalabra.jpg

Editorial

Seix Barral

Año de publicación

2005

Páginas

251

Te puede interesar