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Ser cristiano no implica una vida pacífica, cómoda, sin luchas ni conflictos. Si no lo fue la vida de Jesús, menos aún lo puede ser la nuestra. Este libro nos recuerda la pelea que muchas veces ha de afrontar el cristiano para afinar su seguimiento de Cristo y nos da valiosas pistas para poder afrontar y vencer en esta lucha.

Un buen libro para este tiempo de Cuaresma. Tras una introducción general sobre el combate espiritual y sus implicaciones en la vida de quien quiere tomarse su fe en serio, Enzo Bianchi nombra ocho tentaciones que pueden hacer acto de presencia en la vida del cristiano. Un conocimiento de las pruebas y falsos caminos que se nos pueden presentar y una toma de conciencia de nuestros puntos débiles puede ser un buen punto de partida para esta «lucha por la vida». En la segunda parte el autor intenta adaptar a nuestra época y contexto la sabiduría de los padres del desierto, ofreciéndonos valiosas ayudas para hacer frente a todas aquellas pruebas y tentaciones que nos pueden apartar de nuestro camino, pero que, si las sabemos afrontar, pueden darnos mayores dosis de realidad en nuestro seguimiento de Cristo.

«Espero que estas páginas puedan servirte de ayuda en la lucha contra las tentaciones, que nos asaltan hasta la muerte. Lucha a veces ruda, disciplina que requiere pronunciar algunos ‘síes’ y muchos ‘noes’, pero una disciplina que humaniza y es portadora también de felicidad: una felicidad no mundana, ciertamente, ni efímera, sino que está presente y eleva su canto desde lo más profundo del corazón, tal vez incluso en el momento del llanto y del camino fatigoso. Pero esta lucha es también la condición para sentir que es el Señor mismo quien combate en nuestra lucha» (pág. 12).

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Editorial

Sal Terrae

Año de publicación

2012

Páginas

213

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