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Junto a la crítica social y el análisis punzante, encontramos en este libro una propuesta valiente y liberadora. Es más que evidente que un mal uso masivo de los recursos digitales a nuestra disposición están empeorando nuestra condición humana y relaciones. Es más que evidente que el auge desproporcionado del mundo emocional no está enriqueciendo al ser humano integralmente, sino esclavizándolo y debilitándolo. Es evidente que, tras el análisis, debe llegar honestamente el tiempo de la acción nueva y reparadora, del sentido vital mayor, de la apertura al otro más cercano. En este sentido Carlos J. González articula un libro sencillo y completo.

 

Porque nos va la vida en ello, porque estos nuevos hábitos y rutinas generan dependencia y estamos aceptándolas sin más, como si no existiera más posibilidad. Porque tomar conciencia es el primer paso necesario para regenerar vínculos, relaciones, opciones profesionales profundas, eliminar estorbos. Porque nos ayuda a buscar y pensar alternativas a lo dado, sin indicar cuáles deben ser. Y porque, aunque resulte crítico, desvela una mirada sobre el ser humano mucho más amplia y capacitante de lo que nos imaginamos. No hay pesimismo sobre el ser humano, sino una llamada a la libertad en comunión con la realidad.

«El negocio de la atención se funda, pues, en la conformación de una ciudadanía sedada por el dominio de la pantalla, que transforma a los sujetos en individuos siempre pendientes del imperativo de no ser olvidados por quienes están al otro lado del resto de las pantallas y que deriva en una compulsión acompañada de ansiedad. Las multitudes solitarias se alimentan de su mutuo desamparo, de su mutua soledad.» (p. 114).

 

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Editorial

Ediciones Destino

Año de publicación

2024

Páginas

224

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