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Cartas inteligentes, agudas, con fondo. Hay para todos. Desde Joaquín Sabina al capitán Trueno, desde Teresita de Lisieux al Coyote (sí, el del correcaminos). Cartas escritas a personajes reales y ficticios, de hoy y de ayer. Para mover al lector de ahora.

Durante años Fernando Millán ha publicado estas cartas que ahora se recopilan en un libro ameno y simpático. Cada carta es una pequeña joya, que destila buen humor, realismo y un punto de socarronería. En su diálogo con interlocutores variados Fernando va invitando al lector a pensar en la historia propia. Reflexiona, con humanidad, sobre las vivencias y sentimientos más cotidianos. En un lenguaje tan asequible que cualquiera puede entenderlo, pero también tan sutil que invita a mirar la realidad (ajena y propia) con hondura. En fin, un libro entretenido y sugerente. Que hoy en día no es poco. 

(De la carta al Coyote) «Yo creo, se lo digo sinceramente, que usted, malo, lo que se dice malo, no ha sido nunca. Es verdad que, como usted comprenderá, no podemos aprobar ni sus métodos ni su objetivo (comerse al Correcaminos), pero también tenemos que entender que cuando la necesidad aprieta y el hambre ataca, la desesperación nos lleva a actuar de forma un tanto salvaje.  

Y quizá por eso le cae usted simpático a la gente. Vemos reflejado en usted a los fracasados, a los derrotados, a los miserables… Y en una sociedad que idolatra el éxito (y el éxito rápido e inmediato), la imagen, la felicidad cosmética de los famosillos de turno, usted nos recuerda la realidad de lo humano (aunque sea usted un coyote:´¡qué paradoja!) Quizá también nos veamos identificados en usted porque nosotros, tan modernos, tan técnicos y tan progres, nos pasamos igualmente la vida corriendo tras objetivos que nos imponen, intentando tener un coche más grande, adelgazar, vestir a la moda, aparentar esto o aquello… Por eso yo le invito -perdóneme el atrevimiento- a que se olvide usted del Correcaminos (tan repipi, tan sosito, sin conversación alguna); seguro que hay otras formas de comer y de alimentarse, aunque sea en esos desiertos enormes en los que usted vive. Y diciéndoselo a usted, me lo digo a mí mismo y a mis contemporáneos. Que no vivan para alcanzar Correcaminos inalcanzables y vacíos, sino para desarrollarse plenamente… » (pág. 30-31)

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Editorial

Sal Terrae

Año de publicación

2010

Páginas

125

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