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Una bocanada de aire fresco. Periodismo en estado puro. Esta es la primera sensación que se experimenta al acercarse a "Pobres pobres". Estamos ante la segunda obra de Jaume Vives Vives (la anterior fue Las putas comen en la mesa del rey), estudiante de periodismo en la Universidad Abat Oliva CEU de Barcelona y creador y fundador del Diario 'El Prisma'. Un emprendedor cristiano e intrépido que no duda en jugarse la propia piel para conocer de propia mano aquello sobre lo que quiere escribir.

Los dos libros son de género literario semejante, a caballo entre el reportaje periodístico de investigación y el diario personal. Son dos viajes reales a los bajos fondos de Barcelona narrados casi en directo por el propio autor-explorador. El primer libro fue autoeditado. Éste lo presenta la editorial Monte Carmelo, que descubre destellos de profunda espiritualidad encarnatoria en la búsqueda de Jaume, que no hace mero periodismo de calle, sino que busca comprender cómo se puede perder la dignidad humana hasta llegar a la más sórdida y cruda miseria.

Escrito a borbotones, porque se le acumula la vida que quiere contar en cada hora que pasa en la calle, no tiene final feliz, ni agudas observaciones sociológicas, ni tampoco forzadas consideraciones cristianas. Jaume es más sencillo, más puro. Habla de oración y de encuentros con naturalidad.

Lo que ha escrito pretende ser un fragmento completo de la realidad, tan sincera como dura. Como el espejito de Stendhal, pretende reflejar fiel y experiencialmente cuanto encuentra a su paso, desde la prostitución y la mafia rumana a la solidaridad de las comunidades de distintas confesiones religiosas y la divertida camaradería de los distintos grupos de pobres con los que va intimando a lo largo de los ocho días que se pasa viviendo entre ellos.

De lectura vertiginosa y sin intención moralizante, interesa tanto por la personalidad del autor, reflejada en sus comentarios y en su modo situarse para mirar y dejarse impactar por lo que ve, como por la valentía que demuestra al lanzarse a la calle a darse de bruces con la realidad más cruda del ser humano. Desde el fondo de esa realidad cada lector tendrá que preguntarse: “¿Y Dios, dónde está?” Además de “Y yo, ahora, ¿qué voy a hacer?”

 

«Hubo quien me dijo que estar en la calle me ayudaría a desmitificar a los pobres y eso es exactamente lo que me está ocurriendo, a pocas horas de volver a mi casa. Hay gente buenísima y gente que por culpa del alcohol, las drogas, el sexo, o simplemente por estar en la calle, ha entrado en una espiral de malicia. Cuando salga de aquí haré todo lo posible para sacar a la gente buena de la calle (consciente de que todos tenemos nuestras miserias). A la otra también hay que ayudarla a salir de la calle aunque es difícil porque muchas veces no quiere. Creo que está relacionado con los dos tipos de pobres, los normales y los que han caído en algún tipo de adicción. Los primeros ansían salir de este infierno, los segundos se encuentran cómodos en él».

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Editorial

Monte Carmelo

Año de publicación

2014

Páginas

220

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