«La resistencia íntima», Premio Nacional de Ensayo en 2016, es un libro de filosofía, escrito por un filósofo. A pesar de ello, su lectura no es difícil, pues el autor ha hecho un esfuerzo consciente por escribir de la manera más accesible posible. Es un libro profundo, para leer despacio, saboreando muchas de sus páginas. Esquirol nos recuerda, entre otras cuestiones, la importancia de la vida cotidiana, el papel de la casa como refugio y hogar, la relevancia de nuestra gente más próxima, o la fuerza del lenguaje y las palabras para la construcción de la vida humana. Escrito en 2015, este libro cobra especial importancia en estos tiempos inciertos que nos está tocando vivir, donde algunas de sus sugerencias -el amparo y el refugio como elementos constitutivos de la vida, o la necesidad de resistir a las fuerzas disgregadoras que amenazan nuestra existencia- se han vuelto imperativos urgentes.
«El camino hacia la intimidad es camino hacia el misterio, hacia el secreto, hacia el tesoro, hacia el descanso y hacia el alimento. En este sentido, la dirección contraria a la intimidad se caracteriza por la dificultad, por la dureza, por el desgaste, por la dispersión e incluso por la exposición hostil. Durante mucho tiempo (y hoy todavía para mucha gente) vivir quería decir sobrevivir, dedicar todas las energías a conseguirlo. En las sociedades del bienestar, el esfuerzo por la subsistencia ha dejado paso a otro tipo de esfuerzo: el de la lucha para no disgregarse. Hemos pasado de la resistencia como subsistencia a la resistencia como recogimiento y amparo ante las disoluciones. Y a pesar de que aparentemente el enemigo es hoy mucho menos terrible, los fracasos y las derrotas son mucho más frecuentes» (pág 41).