Escrita en 1940, El desierto de los tártaro» es considerada una obra maestra de la literatura italiana del siglo XX. Su lenguaje sobrio, casi minimalista, convierte en ágil la lectura de este drama interior. Buzzati plantea dilemas universales que atañen a todos los hombres y mujeres de todos los sitios y todos los tiempos: la erosión que el paso del tiempo genera en los sueños e ilusiones de la juventud; el combate interior entre libertad y seguridad; la lucha entre los deseos de seguir intuiciones y anhelos y la aceptación resignada, sin un atisbo de rebeldía, de la vida tal y como viene; el mantenimiento de esperanzas vanas que sabemos que nunca se harán realidad pero con las que, por cobardía, preferimos seguir engañándonos.
«Con los demás, con sus colegas oficiales, tenía que aparentar ser un hombre, tenía que reír con ellos y contar historias jactanciosas de militares y mujeres. ¿A quién, sino a su madre, podía decirle la verdad? Y la verdad de Drogo esa noche no era la de un valiente soldado, no era probablemente digna de la austera Fortaleza, sus camaradas se habrían reído de ella. La verdad era el cansancio del viaje, la opresión de los tétricos muros, el sentirse completamente solo.»