Aunque las encuestas religiosas no dejan de alarmarnos, una y otra vez, en relación con la disminución de gente que asiste a la eucaristía dominical, lo cierto es que ésta sigue siendo el único puente de unión con lo religioso para muchos. Quien más quien menos participa en la eucaristía esporádicamente. Quizás por ello tenemos que esmerarnos por hacer de ésta un momento de verdadero encuentro, entre todos los que participamos y de todos y cada uno con Dios. El autor de este libro lo que hace es explicarnos de manera sencilla y didáctica el significado profundo que encierra cada una de las partes de la eucaristía. Su lectura está al alcance de todos. Es sencillo en su exposición, claro en la explicación de términos siempre complicados, asociados a la eucaristía, y práctico a la hora de sugerir iniciativas o corregir defectos relacionados con los distintos momentos de la eucaristía. Una herramienta pastoral muy recomendada para catequistas, agentes de pastoral juvenil, jóvenes de nuestros grupos, etc.
“La acción litúrgica habla más del misterio con gestos, ritos, símbolos y acciones, que con palabras. El misterio se experimenta más en el silencio de la celebración que en la abundancia de discursos…La actitud más saludable ante él no es la curiosidad, ni la pretensión de conocimiento posesivo, ni la multiplicación de palabras para traducirlo a nuestra experiencia. Engendra una postura de acogida y entrega a su acontecer. Pide un silencio contemplativo, que interroga. La celebración ha de contar con momentos de silencio que faciliten esta experiencia del misterio, evitando una abundancia excesiva de cantos, de introducciones y comentarios, de palabras, de ruido”.