Zambullirse en la lectura de un libro de más de 1000 páginas, de entrada, asusta. Hasta que, en este caso, comienzas. Y te va seduciendo el relato, y ya no puedes soltarlo. Por muchos motivos. Lo primero, porque Peter Seewald escribe muy bien. Su crónica es literaria, es periodística, y es al tiempo un ensayo. Conjuga historia íntima e historia colectiva. Reflexión y análisis. Opinión y datos. La vida que narra, la de Joseph Ratzinger / Benedicto XVI es fascinante. Una biografía intelectual, eclesial y personal. De alguien sobre quien muchos hemos tenido imágenes preconcebidas, hemos oído hablar, y nos hemos formado también una opinión propia. La lectura permite ir contrastando lo que creíamos saber con lo que el autor expone, y seguir dialogando con ello. Y todo eso, mientras vamos conociendo ese camino del joven, el estudiante, el joven teólogo estrella, el obispo, el prefecto y el Papa.
¿Es una biografía objetiva? Para empezar, es prolija, bien documentada, y se ve que fruto de una concienzuda investigación sobre la figura de Ratzinger. El acceso que ha tenido a lo largo de los años Seewald a Benedicto (de quien publicó varios libros-entrevista le permite una perspectiva única). Dicho esto, cuando se trata de un personaje a quien ha rodeado la polémica durante más de cinco décadas, es difícil asegurar la objetividad. No cabe duda de que Benedicto XVI tiene partidarios, y tiene detractores. Sobre él hay muchos estereotipos y a lo largo de los años –ya como teólogo pero sobre todo como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y como Papa– sus palabras y obras han sido sometidas a un constante escrutinio. Seewald es, sin duda, partidario. Más aún, es amigo, y ni niega ni lo esconde. En las polémicas que describe, una y otra vez defiende a su protagonista y trata de desenmascarar falsedades, simplificaciones y caricaturas intencionadas. Creo que esto le lleva, en algún punto, a ser excesivamente apologista (sin verdadera necesidad). Pero al tiempo permite entender una época, a una persona, y hacer una lectura mucho más matizada de la historia de la Iglesia en las últimas décadas. Personalmente me parece que su lectura del post-concilio permite comprender mejor esa época y sus consecuencias a quienes hemos conocido ya una Iglesia post-conciliar. Se puede disentir de alguna de las interpretaciones de Seewald sin que por ello la lectura pierda un ápice de interés. De esto se trata precisamente, de estimular el pensamiento y la búsqueda de formación.
Otro punto muy interesante es lo que tiene de biografía intelectual. Sobre todo la primera parte advertimos cómo se va gestando un verdadero pensador. Cómo ha de beber de fuentes sobre las que después se desarrolla su propio pensamiento. Y cómo al fin va formando su propia mirada. Las citas directas de textos del propio Ratzinger primero y Benedicto después son una gozada, y animan a leer más.