Este año, la memoria de los Difuntos nos trae muchos nombres, muchos rostros, muchas memorias aún recientes. La pandemia se ha llevado a tantas personas cercanas… También los jesuitas lloramos a muchos compañeros, cientos en todo el  mundo, desde la esperanza y gratitud por sus vidas. Dos jesuitas, José María Rodríguez Olaizola y Cristóbal Fones, han unido sus talentos, la palabra el uno y la música el otro, para hacer un himno que es una despedida, pero es sobre todo una declaración de esperanza. Ellos lo dirigen, en esta ocasión, a sus compañeros. Pero es, en el fondo, una oración por todos, hombres y mujeres, de hoy y de ayer, que ya han cruzado esa última puerta.

En pastoralsj también queremos sumarnos a ese recuerdo. Uno de esos nombres que aparece en el listado es nuestro amigo, compañero, y durante mucho tiempo colaborador de esta web, Antonio Ordóñez, que aquí recomendó películas, compartió oraciones, y se sumó a un proyecto que es de todos.

Porque sí, todos estamos de paso. Pero qué bonito dejar tantos recuerdos antes de cruzar…

La última puerta
 
Morir es preparar la última fiesta.
Recordamos a tantos que partieron
y al saber que a tu abrazo se encaminan
no nos queda otro canto que el silencio.
Quizás su ausencia de ahora nos invade.
Brillan los ojos al evocar sus gestos.
Bailan la gratitud y la nostalgia
por todo lo que alguna vez nos dieron.
 
Lloramos, porque así añora quien ama.
Porque duele la muerte, ese misterio
que nos abre la senda de otra vida,
mientras cierra este ciclo que es el tiempo.
Es nuestra finitud una promesa,
y es también un combate con el duelo.
Extraño este horizonte de esperanza,
cuando el «adiós» envuelve un «nos veremos».
 
Su marcha nos despierta algunas dudas,
nos enfrenta al final, como un espejo,
pues todos cruzaremos esa puerta
y al pasar ese umbral, descubriremos
que ya tú nos estabas esperando
que la vida era el pórtico del cielo
Cantaremos de nuevo, y para siempre,
con quienes hoy nos dejan su recuerdo.

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