Regreso de un viaje que me ha llevado por Chile y Argentina visitando instituciones educativas que trabajan en contextos de pobreza, luchando por cambiar el destino que se supone miles de niños y niñas heredaron de las políticas económicas y que dice “Tú no naciste para soñar”.
Mi mirada estaba cambiada, ya no iba desde una España rica y solidaria, sino desde una España que se va empobreciendo a un ritmo alarmante y que dice que ya no hay dinero para la solidaridad. La mirada es distinta, créanme, ahora voy más humilde y atenta a ver cómo podría ser nuestro país si no decidimos qué queremos, y digo decidimos.
Ya está bien de tirar balones fuera y de agachar la cabeza, es el momento de tomar decisiones, de decidir qué España quieres vivir en crisis, qué bienestar social quieres que hereden tus hijos e hijas, si creemos en una educación y una sanidad de calidad para todos, es el momento de saber cuatro cosas básicas sobre economía, leer, opinar, salir a la calle y mirar a la gente, dialogar, ver o sentir qué piensas realmente, es el momento de ser libre.
Libre para pensar, para hacer, para ser y para construir o no hacer nada si es lo que decides, pero decide, aunque te equivoques, que cuando salgamos de la crisis no digamos, esto es lo que hemos heredado sin más, porque una parte, aunque sólo sea una parte, tú la decides, tú que tienes fuerza y fe para creer y que tuviste el lujo de soñar.