Seguramente alguna vez que has querido sacar una foto con el móvil o una cámara digital te has fijado que hacen falta unos segundos para que la cámara se enfoque y la imagen pase de verse borrosa a que aparezca clara y nítida.
A veces en el día a día nos puede pasar como cuando vamos a sacar una foto que vemos la realidad que nos toca vivir desenfocada y por un momento no entendemos, no comprendemos y entramos en la lógica mundana, de la desesperación, la queja, la angustia, sintiéndonos desdichados.
Todo cambia cuando somos capaces de esperar unos segundos y enfocar la realidad basándonos en el Evangelio. En ese momento parece todo más nítido y más claro, y sin ser diferente la realidad de lo que era antes, todo cobra sentido y descubrimos en cada situación una oportunidad para en todo amar y servir, entendiendo que TODO ES GRACIA, aprendiendo a amar la realidad como es.
Cuando hacemos este enfoque con los ojos del Evangelio convertimos nuestra realidad en algo diferente.