“… y al saber que pertenecía a la jurisdicción de Herodes, lo remitió a Herodes, que se encontraba por entonces en Jerusalén” (Lc 23,7)
El lugar de la risa floja, la fiesta y la despreocupación. El lugar de la alegría superficial. El circo en el que todo es etéreo, instantáneo, entretenido. “anda, Jesús, haz un milagrito”, “demuestra tu poder…” Esa corte caprichosa me resulta curiosamente actual.
Es el lugar en el que lo divertido y lo trágico se confunden. Donde lo superficial se come a lo auténtico, y lo frívolo disimula lo atroz. El lugar donde la vida ajena no es más que otro entretenimiento para alimentar un hambre insaciable…
Enséñame a tomar en serio las cosas serias, y a disfrutar con las cosas sencillas. No se trata de no saber disfrutar de la vida, pero sí de aprender a disfrutarla bien… Y no trivializar lo importante, sino respetar y vivir.
ESPEJISMO
Tú eres un espejismo en mi vía.
Tú eres una mentira de agua
y sombra en el desierto. Te miran
mis ojos y no creen en ti.
No estás en mi horizonte, no brillas
aunque brilles con una luz de agua…
¡No amarras aunque amarres la vida!…
No llegas aunque llegues, no besas
aunque beses… Reflejo, mentira
de agua tus ojos. Ciudad
de plata que me miente el prisma,
tus ojos… El verde que no existe,
la frescura de ninguna brisa,
la palabra de fuego que nadie
escribió sobre el muro… ¡Yo misma
proyectada en la noche por mi
ensueño, eso tú eres!… No brillas
aunque brilles… No besa tu beso…
¡Quien te amó sólo amaba cenizas!…
Dulce María Loynaz