El modo en que los representamos en la plástica, con cuerpo de hombre y alas de ave refleja bien su simbolismo mitológico en la tradición judeocristiana e islámica: conectan el cielo con el suelo. Solo quien está conectado con las cosas del cielo conoce los designios de Dios y puede anunciar al mundo sus modos misteriosos de intervenir en la historia, siempre a través de las manos o el corazón de las personas de fe. Un ángel es todo aquel que se siente llamado a proclamar la presencia de Dios en el mundo, a profetizar su continuidad y a celebrar la alegría que ello supone.