Cuando estaba en mi último curso de la carrera el profesor de Fusiones y Adquisiciones nos propuso un ejercicio muy simple que duraría todo el año: fijarnos en dos noticias a la semana sobre la intención de compra de una empresa sobre otra. Pues bien, ese ejercicio me sigue durando hasta el día de hoy. Y es sorprendente que todas las semanas hay noticias sobre este tema, empresas que tratan de adquirir otras para ser más grandes, para trabajar junto a otras, para crear sinergias y complementarse, empresas que se ‘comprometen’ entre ellas. Me resulta cada día más curioso este enfoque que se ve tan lógico en el mundo empresarial para la supervivencia y salud de las empresas pero es contrario al camino que vamos recorriendo las personas en nuestro día a día. ¡No me hables de compromisos que huyo!

Poco a poco voy viendo que hay gente que huye del compromiso con otros. No me refiero al compromiso con causas grandes, de esas copamos todas las que existen y existirán, sino al del tú a tú, donde lo que cuenta es la otra persona, mi trato humano con ella. Ahí fallamos. Rechazamos propuestas con un simple mensaje por WhatsApp, dejamos de acudir a compromisos con otras personas avisando momentos antes, en muchas actividades dejamos de considerar la preparación y esfuerzo que hay detrás dedicado por otra persona… Si hay algo general que apoyar, no nos faltan fuerzas para mostrarnos, pero si es particular, concreto, con una persona, nos entra más recelo.

Hay que replanteárselo, ver dónde está nuestro compromiso e identificar lo importante. Las causas globales ‘molan’ y están de moda. Muchas hacen mucho bien y ayudan a concienciarnos sobre temas importantes. Pero mientras eso no lo llevemos a nuestro día a día con los de nuestro alrededor la causa global será una causa perdida para nosotros. Porque mientras yo no cambie, me implique y comprometa con los de mi alrededor, ¿qué sentido tiene ser el abanderado de las causas globales? Lo importante deberían ser las personas y nuestro trato y compromiso con ellas.

Te puede interesar