Hay cristianos que afirman que las procesiones y los pasos de Semana Santa son algo folclórico, tradicional, social, pero que ya no tiene que ver con la fe. Curiosamente, también hay agnósticos y ateos que defienden básicamente lo mismo, y si valoran las procesiones y los pasos, lo hacen desde la antropología, el arte, la historia, la cultura etc. Sin embargo, en medio de estos dos colectivos existe uno (bastante más numeroso de lo que se piensa), formado por gente creyente (en mayor o menor medida) que vive las procesiones desde su fe en Jesús. Para algunos, la Semana Santa es el único momento en el que se relacionan de manera fuerte con Dios. Para otros, las procesiones y actos de las cofradías son un momento importante de fe que complementa la práctica y el compromiso cristiano que viven todo el año.

Es por ello por lo que, desde pastoralsj queremos ofrecer una serie de posts que nos ayuden a mirar a los pasos de Semana Santa de otra manera. Que nos muestren que, detrás de toda la historia, tradición y arte que hay en ellos, se esconde una experiencia de fe que puede hablarnos a nosotros, los cristianos del siglo XXI. Así, a lo largo de estas próximas semanas iremos presentando una serie de pasos procesionales que saldrán pronto a las calles de nuestro país, contemplando en cada uno de ellos una actitud diferente que tiene que ver con el seguimiento de Jesús. Esperamos que esto ayude no sólo a aquellos que en pocos días vestirán su túnica de nazareno para acompañarlos, sino también a los que no saldrán a ver las procesiones, o incluso a los que las mirarán con recelo cuando se las encuentren por las calles.

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