Acaba de ocurrir con una supuesta niña sepultada en el terremoto de Méjico. Elmundotoday.com es capaz de colar falsas noticias a diario en periódicos supuestamente serios y las redes sociales mueven miles de noticias o imágenes continuamente sin mucho fundamento -o ninguno-. Parece que con el desarrollo de los medios de comunicación Pinocho tendría bastantes followers y somos capaces de asumir como propio cualquier bulo con tal de que nos dé la razón, nos mueva el corazón o nos saque una sonrisa sin importar las consecuencias que la falsedad pueda tener en nuestro mundo. Al fin y al cabo se dice que todas las mentiras tienen algo de verdad y si se dice por algo será.
Mis padres, profesores y abuelos repetían el refrán castellano de antes se pilla al mentiroso que al cojo. Parece que esta frase tan mítica como sabia se ha pasado de moda. El caso es que ahora es muy complicado pillar al Pinocho de turno porque es complejo saber quién fue el causante de la mentira. O peor aún, si te pillan da un poco igual, porque la memoria social es frágil y se dicen tantas cosas que es complicado que alguien investigue si lo que dices es verdad o no. Y en cualquier caso si te han pillado: ¡Da igual! Una rectificación: ¿Para qué?
El problema de las mentiras no es que te pillen. El problema es que seamos nosotros mismos los que nos creamos nuestras propias mentiras y al final acabemos actuando desde ahí y construyamos nuestra casa sobre el aire. Gran parte de la madurez viene por saberse comportar en cada momento y poder adaptarse a las nuevas circunstancias. Sin una mirada lúcida y correcta sobre la realidad es imposible que sepamos ubicarnos en el mundo. No es fácil distinguir el hecho de la mentira, la ficción de la realidad, ni la opinión del argumento sólido, pero ojalá sepamos valorar y transmitir el gusto por la verdad y por la honradez en un mundo donde la imagen no siempre se ajusta a la realidad.