Las siguientes imágenes pueden herir su sensibilidad. Con esa entradilla nos avisa el pie de foto, o el locutor de turno, o la introducción en el muro del Facebook, de que estamos a punto de asistir a un episodio más de salvajismo, violencia o cualquiera de las increíbles −pero ciertas− atrocidades de las que es capaz el ser humano. Después vendrá la escena en cuestión: unos terroristas rematando a un hombre a sangre fría, niños ejecutados en nombre de no sé qué concepción de la fe, decapitaciones… La semana pasada circulaba por las redes el vídeo del asesinato del piloto jordano a quien sus captores prendieron fuego. Cuando esa información empieza a difundirse, y por una u otra plataforma se hace accesible, ¿debemos verla o no?

Quien defienda que sí puede tener argumentos del tipo de que solo al ver algo así seremos capaces de reaccionar, pues si no, ojos que no ven, corazón que no siente. Yo personalmente me inclino al no. Por varios motivos. El primero, de respeto a las víctimas. Esas muertes no son un espectáculo para ser contemplado. El segundo, de reacción frente a los intereses de los terroristas. Justo lo que quieren es eso. Impactar, enfervorizar a sus seguidores más radicales, para quienes la línea entre lo legítimo y lo demencial ya hace tiempo que se ha borrado. Y atemorizar a otros que puedan plantarles cara. El tercero, necesitamos huir de la tiranía de la imagen. Según eso, solo aquello de lo que hay imágenes sería suscpetible de conmover, porque ojos que no ven, corazón que no siente. Pero no puede ser. Ya sabemos que todo eso está ocurriendo. Por supuesto que algunas personas en algunos contextos y puestos tendrán que ver esas imágenes. Pero la mayoría de nosotros no deberíamos consentir en volvernos espectadores de esa tragedia ajena. No vale sentarnos en el Gólgota ajeno a ver la crucifixión, sino luchar contra la injusticia y el pecado que crucifica inocentes.

(Coda: Lo peor es que, en la mayoría de los casos, si lo vemos, y si seguimos conectados, un momento después cualquier nueva ventanita se abrirá en nuestro navegador y podremos ver, con una sonrisa, el vídeo con las mejores caídas de la red, la última ocurrencia de un grupo de diseñadores creativos o un montaje almibarado para poner una lágrima en internatuas ávidos de emoción.)

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