Con frecuencia, las grandes historias no pueden dejar de reflejar los valores más profundos de la cultura en la que se generan, y en ocasiones está presente una cierta intención moral o edificante. De esta forma, resaltan la figura del héroe o la heroína, que sería para cada uno de nosotros un modelo de virtud ante las adversidades de la vida.
Pero también es cierto que muchas veces estas historias estilizadas o arquetípicas dibujan un mundo en blanco y negro, de buenos y malos. Cuando las miramos desde la ambigüedad de nuestra realidad, y en medio de nuestras mediocridades, a veces es no es tan fácil sentirnos inspirados por estas figuras ideales, o incluso podemos sentir frustración o resignación. También pueden comportar el peligro de juzgar demasiado a la ligera, de condenar fácilmente a las personas que ejecutan malas acciones, pero lo hacen en medio de circunstancias difíciles.
Quizás por ello, de un tiempo a esta parte, ha aparecido una corriente de películas con un enfoque distinto, incluso innovador. Tratan de hacernos ver la historia desde el punto de vista del villano. Podríamos poner ejemplos como Maléfica, Cruella, Renfield, Venom, Joker, Harley Quinn, y recientemente, quizás también Echo. Estas historias nos muestran personajes complejos que deben optar por un camino en realidades muy duras. Con frecuencia, se convierten en villanos a causa de otros mucho peores que ellos. De esta forma, ya no dibujan una historia de héroes y villanos, sino un paisaje compuesto por villanos y supervillanos.
Como expresiones artísticas aisladas, estas películas tienen su validez. Pero si las grandes historias reflejan los valores de su época, miradas en su conjunto, estas películas muestran una cierta deriva a la desesperanza, a la pérdida de valores.
El arte puede tener sus licencias, y es interesante explorar diferentes perspectivas. La complejidad de la realidad nos pide matizar, no juzgar y condenar precipitadamente a las personas. Pero no podemos perder las referencias y los ideas, pues sin ellos, el mundo real sería inhabitable.