¿Así se solucionan los problemas? ¿Decretando que no existan? Porque justo eso parece ser lo que enmascaran recientes decretos que determinan que tener asignaturas suspensas ya no es obstáculo suficiente para pasar de curso. Ale. Una vez solucionado lo del fracaso escolar, ¿por qué no solucionar el tema de la crisis energética decretando que no necesitamos tanta energía? Y si la obesidad llega a ser un problema social, decretemos que el Índice de Masa Corporal que define la obesidad cambia. A partir de ahora, lo que ayer era ser obeso será hoy ser una sílfide. Solucionemos el problema de las adicciones al juego decretando que la ludopatía es una simpática forma de pasar el tiempo. ¿Más ideas?
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