Los tutoriales de YouTube forman un género propio dentro de la página, indudablemente. Ya sea para saber cómo continuar en ese videojuego en el que te has atascado, aprender un nuevo truco para maquillarte o arreglar el último problema con el que tu móvil te está amargando, buscar un vídeo de YouTube se ha convertido en un recurso fácil y casi espontáneo. Pero incluso yendo un poco más allá de resolver cosas más prácticas, los más jóvenes nos están llevando, como pasa muchas veces en el mundo digital, la delantera en el uso de YouTube, no solo para entretener o resolver si no para aprender.

Lo que hasta ahora nos ha servido para aprender para nuestro tiempo libre o resolvernos contratiempos, lo están convirtiendo en una herramienta más de aprendizaje, en una fuente de conocimientos que muchas veces no encuentran fuera del continente digital. Hace unos cuantos días se publicaba una reflexión al respecto que puede arrojar mucha luz sobre hacia dónde se están moviendo los más jóvenes para encontrar conocimiento. Porque YouTube se trata ya no sólo como un recurso para complementar o ensanchar la formación que se recibe en el instituto, incluso en la universidad, si no para procurarse conocimientos que directamente no se obtienen del sistema educativo actual.

Esto puede hacer que nos preguntemos si será tan cierto eso que escuchamos muy a menudo, como verdad absoluta, de que los jóvenes están distraídos continuamente en Internet y perdiendo el tiempo. Yendo más allá, debemos preguntarnos qué estamos haciendo para acompañar esos aprendizajes. Si quizás no estamos dejando solas a las futuras generaciones porque no entendemos bien el espacio y el ritmo en el que se mueven. Cuestionarnos acerca de si estamos ayudando a discernir entre la infinita información disponible, el para qué queremos usarlo, a dónde nos lleva, y qué me dice eso de mi mundo. Porque eso (todavía) no se encuentra en un tutorial de YouTube.

Te puede interesar