¿Un día para rezar por las vocaciones a la Compañía de Jesús? Pero esto, ¿a quién le va a interesar (aparte de los propios jesuitas)? Diría, a bote pronto, que te interesa a ti que lo estás leyendo, más allá de que tengas o no inquietudes vocacionales. La realidad es no hay ninguna vocación que te sea ajena. Ni a ti, ni a la Iglesia, ni siquiera al mundo mismo. ¿Por qué?

Porque es posible que hace tiempo –o nunca– que no le has preguntado a Dios con franqueza ¿Qué quieres de mí? ¿Qué puedo hacer por ti? Situarnos ante Dios y pedirle que tome las riendas de nuestra vida nos hace bien a todos.

Porque cada vocación nos recuerda que Jesús es el Señor, que ha resucitado y vive. Ante un joven que deja casa, familia y proyectos, para seguir a Jesús más de cerca no podemos permanecer indiferentes. ¿Qué le ha pasado? ¿Por qué? ¿Si tenía otros planes…? Cada vocación es una prueba de que Dios anda suelto y con la capacidad de poner nuestra vida patas arriba. Y esto nos interesa a todos.

Porque mediante los votos de pobreza, castidad y obediencia, cada vocación naciente nos recuerda que todas nuestras relaciones, sean con el dinero, el trabajo, el ocio o el prójimo están llamadas a confrontarse con la radicalidad del Evangelio. Las renuncias que asume quien es llamado a consagrar toda su vida al servicio divino nos obligan a preguntarnos si de verdad sólo Dios nos basta. Y, esto, también nos interesa a todos.

Porque sin vocaciones al sacerdocio no podríamos celebrar juntos la eucaristía, ni tampoco tendríamos de quién recibir el perdón que procede a Dios. ¿Cómo sería tu fe y tu vida cristiana si no hubiera jesuitas que dijeron sí, al modo de María y de los apóstoles? Creo que por este motivo también nos interesa a todos rezar por las vocaciones.

Por todo ello, y por tantas otras razones que puedes sumar a la lista, es importante que sigamos pidiendo al dueño de la mies que envíe trabajadores a su mies, y que lo hagamos de corazón. Con la conciencia de que es voluntad de Dios, que llamó a los que quiso para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar. Ad Maiorem Dei Gloriam.

 

Te puede interesar

PastoralSJ
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.