
Mi misión
¿Y dónde se concreta eso en mi vida? No en quimeras o en proyectos etéreos, sino en los rostros cercanos, en mis propios retos personales. En las encrucijadas de mi vida. En los objetivos sencillos, pero auténticos que voy poniendo –y haciendo evangelio- en mi vida. En las aspiraciones (que son mis búsquedas) y los logros (que son mis huellas). En las semillas que pongo en torno mío. En definitiva, en la manera en que el mundo –y cada lugar- es distinto (y ojalá mejor) tras mi paso por él.
¿Qué siento que es mi misión en este momento de mi vida?
¿Para qué hago lo que hago? ¿Y tiene Dios alguna palabra en ello?
¿Qué huella puedo dejar en este curso?
Palabra Encarnada (II)
Soy palabra tuya, nazarena y pobre,
con olor a tierra mojada de camino,
y a mar con rumores de salitre
y gentes en la playa a la deriva.
Soy palabra hecha silencio
remansada en invierno
donde todo saber se acaba,
y nace nueva como flor de primavera
en el tronco mutilado por la poda.
Soy palabra llevada por los vientos
hasta las puertas y ventanas,
que se hospeda donde abren,
o se pierde jugando en cualquier calle.
Benjamín G. Buelta, sj